domingo, 1 de diciembre de 2013

Mayas: hombres de maíz (criollo)



Para la civilización maya el hombre fue creado de maíz. Este grano, todas sus variedades, tipos autóctonos, propios, distintivos, originarios o peculiares de los suelos y climas de Guatemala es la base sobre la que se asienta la cultura del pueblo Maya, siendo utilizado desde tiempos ancestrales y representando parte de la mitología, los calendarios y espiritualidad. Tal es así, que se ha conseguido declarar al maíz por decreto como Patrimonio Cultural de la Nación.

El maíz, también representa el pilar de la alimentación, que lo componen las tortillas, acompañando a cualquier comida.

Toda esta relación de la población maya con el maíz, se viene perpetuando durante siglos con la conservación de una rica diversidad en variedades de semillas criollas. Antes, lo antiguos mayas sembraban maíz y les producía igual, sin necesidad de estar envasada por ninguna empresa. Podían aprovechar la semilla para volver a sembrar el siguiente año sin problemas de merma de la producción y así se ha seguido cumpliendo durante la gran parte del siglo pasado.

Sin embargo, la vitalidad de las semillas en Guatemala, se ha visto truncada por la privatización de los conocimientos ancestrales y de la biodiversidad desde la llegada de la Revolución Verde y de sus semillas híbridas que han patentado las semillas mejoradas de generación en generación.
 

 

















Tal es así que en la Costa Sur había 441 tipos de maíz diferentes, que en las últimas décadas han sido sustituidos por maíces híbridos ("mejorados", como lo venden desde las empresas de agroquímicos y semillaristas). En este sentido, como una forma de evaluar el impacto de los Centros Comunitarios de Conservación de Semillas Criollas se recaba, a través de entrevistas a diferentes campesinos de las comunidades, diferente información relativa a las diferencias, que observan en el cultivo de las semillas de sus abuelos, las criollas que han recuperado, con las que venían sembrando antes, desde hace unos 20 años, las híbridas, en los siguientes parámetros.

Pero antes, ¿qué es una semilla híbrida y qué es una semilla criolla?

  • Semillas criollas
Son aquellas que nacen de plantas domésticas a partir de semillas silvestres cultivadas por los antepasados hace miles de años, y que se conservan de generación en generación como patrimonio familiar y local. Existen muchas variedades diferentes y están bien preparadas para enfrentar los cambios del clima. También se las conoce como nativas, locales o tradicionales.
  • Semillas híbridas
Semillas con alto potencial de rendimiento en una determinada característica (rendimiento en grano, resistencia a una enfermedad). Este tipo de semillas proviene del cruzamiento de diferentes líneas, por lo tanto su potencial de rendimiento se expresa en una sola generación, no pudiendo volver a resembrarse. Para expresar dicha característica el cultivo deberá estar acompañado de un paquete tecnológico. Las empresas que las venden las dan a conocer de una forma propagandista como semillas seleccionadas o mejoradas.
RENDIMIENTOS PRODUCTIVOS
Las personas que han optado por volver a sembrar, opinan que han visto un mejor rendimiento en las producciones del criollo respecto al híbrido, sin necesidad de tantos insumos químicos: mazorcas más granudas, más pesadas y con más hileras, es decir, mayor cosecha por manzana cultivada. Sin embargo al criollo se le critica la excesiva altura de las matas, que puede hacer que el viento las tumbe y las doble, perdiendo la cosecha.
 

Algunas opiniones recogidas en las entrevistas al respecto:
  • Ciriaca Morales (Montecristo)
“Me regalaron semilla criolla de maíz blanco de cal que sembramos, pero casi no dio. Estamos arrepentidos.”
  • María Felipe (Montecristo)
“Con el criollo salen de 35 a 50 quintales de maíz por manzana. El híbrido sólo 30.”
“Gente que sembró una manzana de ese mejorado y otra de criollo, ahorita están arrepentidos porque el que quedó bueno es el criollo y el seleccionado no quedó bueno. Se quedaron chiquitas las mazorcas. Por eso yo siempre siembro criollo, excepto el año que regalaron semilla seleccionada.”
  • Alberto Ramírez (La Verde)
“Nos evitamos el gasto, pero producen igual el criollo y el mejorado.”
  • Pedro Pérez (Montecristo)
“Hace 5 años recibí las primeras capacitaciones, llegó un ingeniero y se hizo una parcela demostrativa, sembrando 5 variedades (4 híbridos y un criollo). El ingeniero antes ya me planteaba que sembrase criollo y yo lo rechacé porque pensaba que tiene muy poco rendimiento y que eso suponía volver al pasado, pero él fue muy inteligente, porque sembramos esa parcela y cuando empezamos a cosechar se hicieron parcelitas pequeñas en esa manzana, y puso unas pitas para identificar con el nombre de cada variedad. En tierra mala, roja, el criollo dio un saco por parcelita y el HS5 también un saco por parcela, y los otros tres híbridos, menos, como ¾ de saco. En tierra buena el criollo y el HS5 dieron dos sacos por parcelita, el de cal 1,5 sacos, HB83 1,5 sacos y 1S15 un saco y tres cuartos. Ahí fue cuando vi yo el resultado y, como había tomado las capacitaciones, el siguiente año entré en práctica. Comparé media manzana de criollo y del híbrido HB83. El híbrido dio 16 sacos (170 kg) y 20 el criollo. El siguiente año saqué 48 - 50 sacos por manzana con el criollo y con el híbrido 45 sacos. Ya ahí comprobé el rendimiento y entonces empecé hacer la selección para mejorar la semilla, como en las capacitaciones, y ya tiene una altura como un HB83. Este año voy a sacar 65 sacos, que desgranado son 75 quintales por manzana. He conseguido un 15% de mejora de rendimiento.”
“Los compañeros están muy contentos con el criollo porque necesita menos abono, es resistente a la plaga y es más granudo, más hileras.”
COSTES DE PRODUCCIÓN Y REQUERIMIENTOS DE INSUMOS

Se observa que los beneficiarios tienen que asumir menos costes para producir el maíz, porque ya no tienen que comprar en cada cosecha la semilla (35 – 90 Quetzales cuesta la libra de híbrido, dependiendo de la variedad y 25 libras de semilla son necesarias para sembrar una manzana), ellos la pueden conservar y mejorar. Necesitan menos químicos, pues el criollo, se adapta mejor y necesita menos abono para producir. También están implementando técnicas de cultura orgánica produciendo foliares, abonos e insecticidas que se compaginan muy bien con el criollo.
 

Algunas opiniones recogidas en las entrevistas al respecto:
  • María Felipe (Montecristo):
“Yo con el criollo veo antes con mi papá, que con pura basura ya da buena mazorca.”
  • Alberto Ramírez (La Verde)
“El criollo está conforme con un poquitito que se le eché de abono y produce igual que si se le echara al mejorado bien de abono. Al mejorado si se le echa abono va a producir y si no no.”

“Utilizo foliares orgánicos de chipilín, de hoja de banano, de hoja de arveja y el sulfocálcico. Me dan buen resultado.”

“Saco más beneficio, porque ya no lo compro, no gasto, porque la bolsa de 40 libras vale 450 Quetzales y uso menos químicos. “
  • Pedro Pérez (Montecristo)
“A través de las capacitaciones de CEIBA de foliares hemos reducido el gasto de foliares químicos. También con la semilla, yo antes compraba 2 bolsas de mejorado que me costaban 1000 Quetzales.”
ADAPTACIÓN A FACTORES EXTERNOS (PLAGAS, SEQUÍAS,…)
 

Esto va en relación al punto anterior, pues una mayor adaptación a factores externos al ser semillas nativas y locales a las condiciones edafoclimáticas del medio, y no generalistas como las híbridas, requieren menos insumos externos. Se observa que tienen mayor resistencia a plagas (gallina ciega, comegen,…) y menor necesidad de agua y nutrientes, por lo que necesitan menos abono.
 

Algunas opiniones recogidas en las entrevistas al respecto:
  • Alberto Ramírez (La Verde)
“La sequedad también aguanta el criollo, hay años que hay mucha sequía, y bien aguanta. En cambio ese mejorado que de cal, le dicen, es buena semilla según he escuchado con un compañero, pero requiero mucha agua. Y si hay mucha sequía no produce.”
“Resistencia a plagas, yo lo veo igual.”
  • Pedro Pérez (Montecristo)
“El maíz criollo permite si echamos bastante abono o poco, él espera igual. Tiene un buen rendimiento, más resistente a las plagas y mazorcas más grandes que el HB83.”
CARACTERÍSTICAS ORGANOLÉPTICAS Y NUTRITIVAS
 

Los campesinos que recuperaron el criollo comentan que les sabe más rico y las tortillas quedan más suaves y les llenan más. Con esa semilla han reducido el uso de químicos y han recuperado técnicas de cultivo orgánicas, por lo que ven su maíz para autoconsumo más sano también.
 

Algunas opiniones recogidas en las entrevistas al respecto:
  • Ciriaca Morales (Montecristo)
“Yo veo más rico el criollo y más buenas salen las tortillas.”
  • Alberto Ramírez (La Verde)
“Es más suave y más rico el criollo. Tengo mis tres gustos: el amarillo, el blanco y el negrito.”
  • Pedro Pérez (Montecristo)
“El elote es más dulce y la tortilla más suave, pero con el híbrido se endurece la tortilla y se siente menos sabrosa.”

viernes, 29 de noviembre de 2013

Centros Comunitarios de Conservación de Semilla Criollas


A mediados de la década de los años 50, se marca un gran cambio en la cobertura y uso del suelo en municipio de Champerico, Costa Sur de Guatemala, ya que en esos años se inicia el cultivo extensivo del algodón, provocando que fincas de grandes extensiones de terreno, talaran y arrasaran el bosque; para proveer las condiciones necesarias para la siembra de dicho cultivo, hasta que en los años 80 la caída de su precio, convirtiese esas grandes fincas a la ganadería extensiva.

Por otro lado, la Costa Sur es una zona de alta incidencia de semillas híbridas, esta zona se ha caracterizado por ser un paraíso para las semillas hibridas de maíz, donde está entre el campesinado más que generalizado su usa. Tal es el caso que solo en Champerico existen más de 10 híbridos (Cristiani Burkard, D`kalb, Pioner, La Abundancia, Valle Verde, ICTA,...). Esto ha sido provocado por un interesado asistencialismo proporcionado por diferentes entes y organizaciones privadas y estatales, consistente en dotar a las poblaciones recién asentadas en la Costa de semillas híbridas (no se pueden reproducir y hay que comprarlas todos los años) y del paquete tecnológico asociado a ellas, buscando crear dependientes clientes del agronegocio más que proporcionar recursos que pudiesen reducir la pobreza en la zona.
Presidenta del Comité de Administación ante el Centro Comunitario de Conservación de Semillas de Montecristo.
A raíz de todas estas problemáticas que afectan a la Costa Sur, las comunidades agrarias se organizan para romper los monopolios y comenzar la recuperación de las semillas nativas y criollas de la región. Es de esta manera que nace la idea de implementación del primer banco comunitario de semillas nativas y criollas, el cual ve la luz en el año de 2007, gracias a los intercambios de experiencias exitosas en la producción de parcelas integrales de cuatro comunidades las cuales son: Nueva Gomera, Santa Inés, San Juan el Húmedo, y Montecristo 

Este banco se implementa en el año 2008 con apoyo de CEIBA, en la comunidad Montecristo, debido a que esta era la comunidad más céntrica de las comunidades mencionadas. Después, entre 2009 y 2012, a través de diferentes proyectos de CEIBA con el apoyo de diferentes organizaciones, se han implementado los restantes seis Centros Comunitarios de Conservación de Semillas Criollas, en Comunidades del Municipio de Champerico, Costa Sur de Guatemala: Santa Inés, Montecristo, La Verde, María del Mar II, Chuchuapán, Nueva Cajolá y La Gomera. Para ello, se construyeron las diferentes bodegas, se entregó material y semillas y se realizaron las diferentes capacitaciones que continuaron hasta este año 2013, en el que se realizaron también labores de seguimiento y evaluación de los bancos.

Capacitación de selección masal, para la selección de semillas de maíz en condiciones óptimas para la siguiente progenie.
Las comunidades, con la implementación de los bancos de semillas, pueden disponer de semillas de diferentes variedades criollas de alimentos de uso común que pueden sembrar en su : maíz, frijol, ajonjolí, soya, hierba mora, bledo, chipilín, cilantro, apazote, ayote, papaya, cebolla, tomate, rosa jamaica, nabo, pepitoria,... El funcionamiento de los Bancos es sencillo, la persona acude y recoge la cantidad que necesite de semilla con el compromiso de devolver el doble de semilla tras la cosecha, y de velar por el cumplimento del reglamento y de llevar la administración y gestión del banco se encuentra un comité conformado por promotores agrícolas y líderes promovidos por la comunidad, en los que la mujer tiene una representación de más del 70 %.


De esta forma, los campesinos inician el caminar para ir rompiendo la privatización y avanzar hacia el rescate de gran diversidad de semillas criollas y nativas, preservadas y conservadas de generación en generación, que representan el elemento fundamental para el garante de la vida y de la soberanía alimentaria de los pueblos; y que en la zona existieron, pero que se han limitado por las amenazas de la globalización que han generalizado los monocultivos, durante el siglo XX, de banano, algodón, y actualmente caña de azúcar y palma africana,  Pues ante las patentes y privatizaciones que presentan las semillas de variedades comerciales, híbridas y transgénicas, las semillas criollas y nativas son fruto de una selección secular y cuentan con evidentes ventajas en relación a los híbridos y variedades comerciales: gran adaptabilidad a las condiciones de cada región; características organolépticas peculiares; potencial de reserva genética; atributos de resistencia ante plagas y enfermedades; garantes de la independencia del campesinado; además de constituir un patrimonio cultural irreemplazable. 

Así, se ha conseguido establecer una gran resistencia a la mediatización publicitaria de las empresas de agroquímicos y de la producción de semillas mejoradas, que suponen un aspecto negativo para impulsar de mejor forma, los sistemas de manejo que ayuden al fomento de la biodiversidad. Cada vez en las comunidades se observan más y más tiendas de las principales multinacionales dedicadas al agronegocio (Syngenta, Monsanto, Dupont, Bayer, Dow…), vendiendo diferentes insumos agrícolas y ofreciendo asesoramiento técnico, calando su mensaje, sobre todo, en los jóvenes, engañados por esos halos de progreso con los que venden los paquetes tecnológicos, que esconden un negocio lucrativo para esas multinacionales y una terrible herida para el medio y para la independencia del campesinado. Esto lo ejemplifica bien Pedro Pérez, campesino de la Comunidad de Montecristo, que comenta como cuando llegaron las capacitaciones de CEIBA rechazaba la semilla criolla, le habían engañado, y consideraba que eso suponía regresar al pasado.
Diferentes empresas del agronegocio expandiendo tiendas por las comunidades.
En este contexto, a la semilla criolla le cuesta abrirse paso de nuevo, pero poco a poco la experiencia de los primeros campesinos que la recuperaron a través de los centros está convenciendo a más población. Esto queda reflejado en la siguiente tabla, que muestra como en las comunidades donde están instalados los centros de conservación monitoreados, desde su constitución, un 16 % de las familias que habitan estas aldeas son las que apuestan de nuevo por el cultivo de maíz criollo.
 
Nº de familias y superficie cultivada de maíz criollo en las comunidades donde se localizan los bancos. (1 manzana = 7000 m2)
COMUNIDAD
CULTIVO MAÍZ CRIOLLO
Nº FAMILIAS TOTALES EN LA COMUNIDAD
FAMILIAS USO MAÍZ CRIOLLO (%)
Nº FAMILIAS
SUPERFICIE (MANZANAS)
Montecristo
50
90
358
14
Santa Inés
3
12
21
14
La Verde
12
30
98
12
María del Mar II
14
56
24
58
TOTAL
79
188
501
16

Otro los aspectos importantes que subyace, es el fortalecimiento de lazos de fraternidad y solidaridad entre campesinos y campesinas, ya que se promueve el conocimiento ancestral, el intercambio de productos y semillas que las antiguas comunidades mayas practicaban y que poco a poco se ha ido recuperando a través de la promoción de los centros comunitarios de conservación de semillas nativas y criollas. Así, María Felipe, de la Comunidad de Montecristo, comenta: “Lo mejor: la semilla criolla. Se lo digo a los patojos. Si hay veces que no la podemos guardar, ahí está, en el banco o con los compañeros.”
Reunión de evaluación en el Centro de Conservación de Semillas de Comunidad La Verde
En resumen, los centros comunitarios de conservación de semillas nativas y criollas, suponen una alternativa para las comunidades de la Costa Sur en la diversificación, conservación de materiales genéticos nativos y criollos de la región, que de otra manera se continuarían erosionando, y en el rescate de semillas con altos potenciales nutritivos. El trabajo de conservación de semillas y la sustitución del paquete tecnológico que las empresas de agroquímicos y semilleristas han introducido desde la Revolución Verde de manera paulatina (insumos agrícolas externos, convencionales y químicos) por recursos locales (sustentables y más baratos) permite a los campesinos de las comunidades alcanzar los objetivos de soberanos en cuanto a la producción de alimentos, ya que con estos se reduce la dependencia de semillas hibridas, y gracias a la reducción de esta independencia se logra frenar la capitalización de las empresas transnacionales que día con día lucran su capital con la pobreza de la población.
Mensaje presente en una tela con bordados típicos en el Centro de Conservación de Semillas de la Comunidad de Montecristo.